Hace un par de días supe que a un muy buen amigo mío, se le había muerto alguien que para él era su vida: su pareja. Ella estaba en Barcelona y él preparando las maletas para ir a verla, pero por cosas de esta vida (que a veces pienso que su esencia es una broma de mal gusto), empezó con dolores de cabeza y el resultado fue un aneurisma que le provocó la muerte...él, destrozado, ella, supongo que estará mucho mejor que nosotros...
El punto es que me caló hondo, sentir que vemos estas situaciones tan lejos de nosotros, siendo que pueden estar a la vuelta de la esquina. Y no sólo con la pareja sino también con nuestros viejos, con nuestros hijos, con amigos...heavy metal...
Lo más triste de todas estas situaciones es tratar de seguir viviendo, porque aunque suene cruel, la vida sigue, "show must go on", como dice un temón de Queen, y de repente las fuerzas no están y subsiste la pereza de buscar ese aliciente que nos permita levantarnos y seguir el camino con todas las metas ya trazadas...
Él me contaba que ella quería que siguiera haciendo algunas cosas que había dejado de lado, entre ellas, seguir con su blog, y en eso está ahora, tratando de seguir adelante y homenajeándola con hacer lo que ella le alentaba a realizar…lo peor de estos casos es que los más cercanos sienten la impotencia de no saber que decirle a la persona afectada, pero, ¿existirán realmente palabras de consuelo para una pérdida así? ¿Existirán palabras, abrazos o cariños que reconforten y saquen un poco la pesadez que se siente en el alma?...tal vez no, tal vez la única cura es el tiempo, y no hablemos de cura, mejor hablemos de costumbre, de habituarse a que esa persona ya no está, al menos físicamente…
Hace algo más de un año, me tocó vivir de cerca la muerte de la abuela de mi innombrable, ella era todo para él, era su madre, su abuela, su amiga, todo, y hasta el día de hoy sus ojos se humedecen cada vez que la recuerda; me acuerdo que estuvo unos meses completos durmiendo como 2 horas solamente y no apagaba la luz…yo ya no hallaba qué hacer, y la verdad es que solo el tiempo logró que él se recuperara, aunque fuera a medias…lo que sí es cierto, es que estas cosas producen un cambio muy grande en la persona afectada…Mi viejito también tuvo que afrontar la pérdida de un hijo cuando este último tenía solo 21 años, eso lo destrozó, para mi papá no ha existido dolor más grande que este, y eso que pocos dolores no ha tenido; lejos creo que la muerte de un hijo, es lo más power que a uno le puede tocar, es una de las pocas cosas que a mí personalmente me destruiría literalmente…creo que preferiría “pegarme un tiro” antes que seguir viviendo con la pena de no tener a mi princesa…
Solo me resta decirle a mi querido amigo, que tenga paciencia, que llore todo lo que hay que llorar, que eche las puteadas que quiera al mundo o a quien sea, pero tal como le dije en un mail “más vale haber tenido un instante, un beso, una caricia de ella, que no haberla conocido nunca…”
FUERZA FIRE, TÚ PUEDES…
P.D.: Si quieren dejarle algún mensaje, se encuentra en www.estoeslonuestro.blogspot.com...